Capital del Estrés, 12 de
febrero de 2020
Hola Heura,
Supongo que como habrás podido
deducir por la letra, no soy Rose. Recibí tu carta por error. Bueno, en realidad,
tu pájaro mensajero tuvo un pequeño percance en el viaje. Parecía desorientado
y nervioso, como si fuera la primera vez que coge el coche después de sacarse
el carné y conduce sin compañía y sin GPS. Pero no te preocupes por él, está en
buenas manos. Ahora es un miembro más de la familia. Si es que los animales se
hacen querer...
Te devuelvo la carta a Rose en
este sobre. Espero que consigas hacérsela llegar. He de decir que me extrañó bastante que alguien a estas alturas se
cartee con su hermana utilizando aves mensajeras. Aunque viendo cómo funciona Correos
a veces tampoco debería extrañarme. De todas maneras, ya que aquí no usamos palomas mensajeras, me he arriesgado contratando sus servicios para hacerte llegar esta respuesta. Confío en mi suerte.
Así como recomendación piadosa, te sugiero que la
próxima vez le envíes un mensaje de correo electrónico si es que tenéis, que seguro que le llega sin problemas.
Ah, y antes de que desfallezcas
de aburrimiento o amargura en donde sea que estés… ¡márchate de ahí!
Dhelak Gatzel
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