Confieso que, al principio, este
hobby no me atraía en absoluto. También he de matizar que cuando lo vi por
primera vez estaba en mi etapa adolescente y no concebía cómo alguien podía
gastarse semejante cantidad de dinero en un muñeco cuando podías gastarlo en
viajes u otras cosas más “importantes”. Además, tampoco es que viera customs
que me impactaran como para poder plantearme querer uno.
Los primeros BJD que vi fueron
los de Sandricola y su hermana Castalia, concretamente los que son más pequeños:
las pulgas que no llegan ni a YOSD y que te caben perfectamente en la palma de la
mano. Después empezaron a entrarme más cuando vi algunos moldes de tamaño MSD
pero tampoco me acababan de gustar. Normalmente eran moldes muy aniñados como
Blue Fairy y Luts que no eran para nada de mi estilo. Soy una persona de ideas
muy fijas y, o veo las cosas muy claras, o no las veo.
Posteriormente, fui a una verdadera KDD con gente evidentemente mucho más mayor que yo
Pero no fue hasta que empecé a
compartir historias con Sandricola, cuando ambas presentamos a nuestros personajes
ficticios que teníamos creados, que no se me encendió la bombilla. Ella intentó
hacerse uno de mis personajes en resina, lo cual me parecía curioso y, después,
encontró un molde candidato para caracterizar a otro de mis personajes que más
me chiflaba en ese entonces: Darknea. Oh, increíble, podía traer al mundo material
a mis personajes…
(Véase la imagen de los primeros Alex y Zaregor. Alex ha sido cambiado completamente y Egor está de plan renove)
Me enseñó el molde de Fairy Land,
minifee Rena. Me pareció muy bonita y que encajaba en el personaje y se me
antojó tener una. Aunque a horas de hoy no estoy segura de si ahora escogería
ese molde como candidato, pero ya le tengo cierto cariño por ser el primero.
Y empecé a ahorrar. No la pude conseguir hasta noviembre de 2014, cuando terminaba mis estudios de bachillerato, con unos diecisiete añitos.
Foto del 24.11.2014
Confieso también que desde 2014
hasta 2017 hubo un parón importante. Bueno, no es que hubiera un parón, es que
no me metí en la comunidad, no conocí a gente del hobby ni asistí a muchos
eventos por mi propia cuenta hasta 2017. En esos tres años empecé mis estudios
universitarios y tenía un trabajo muy ocasional. Por lo tanto, lo poco que
ahorraba no lo gastaba en accesorios para muñecas, sino para mí (salidas,
viajes, ropa, juegos de la play…) . Digamos que tenía en la cabeza otras prioridades:
la carrera me resultó absorbente, muy dura y agotadora. También dedicaba mucho
de mi tiempo libre a escribir, que era con lo que más disfrutaba —y disfruto—,
y para eso no se requiere de ningún gasto.
Pero cuando por fin empezaba a
vislumbrar el final de la tortura de la carrera fue cuando desperté de mi
letargo gracias a un grupo de rol de Facebook en el que se empleaban los
personajes BJD para rolear. Desde los catorce años que me he dedicado a
escribir historias de mis personajes, compartiéndolas con Sandricola así que ya
iba siendo hora de probar de escribir con gente nueva.
Entonces, gracias a ese grupo de
rol, se consolidó el grupito de amigas más cercanas del hobby que,
sinceramente, creo que se disfruta muchísimo más en compañía que en solitario. Poder
compartir tus proyectos kekiles, tus personajes, tus ideas, algunas de tus
historias y tus quebraderos de cabeza con las customizaciones con alguien que
también tiene las suyas propias hace que sea mucho más cálido y divertido.
Andreamonia, nostálgica
Oooooh... Que bonito... Te metimos en el lado oscuro del hobby con el rol.
ResponderEliminarjajajaja, que malas influencias, ahora solo me gasto la pasta en kekos por vuestra culpaaaaa
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