La presentación del "Día"

Ya que Sandricola se ha dado un buen tute arreglando el blog —muchas gracias por la imagen de portada y por facilitarme las imágenes que he puesto a continuación—, va siendo hora de que lo estrenemos con una entrada sustanciosa. Empecemos…

¿Por qué entré en el mundillo de las BJD? Sinceramente, al principio no me llamaba la atención. Las muñecas jamás fueron mi juguete favorito de pequeña. Veía las BJD, me parecían preciosas, pero no hasta el punto de gastarme esa suma desorbitante de dinero. Pero. PERO. Sandricola encontró un molde perfecto para recrear en resina a una de mis personajes. Fue entonces mi perdición cuando vi la luz. ¡Poder tener a mis personajes, poder tocarlos, poder hacerles fotos…! *w*

Iluminación divina. Y aquí estoy. Con cuatro niños :D

La primera fue Darknea. Una minifee Rena que me costeé gracias a un premio que me concedió el instituto por obtener matrícula de honor en bachillerato. ¡Dinerito!

Así fue como el día 17-11-14 Darknea se reunió con su mami. He de decir que no tenía pensado adquirir ningún BJD más, pues mi agujereada cartera no me lo podía permitir. Pero el tercer año de carrera (2017) me puse a trabajar a tiempo muy, muy parcial y me pude pagar a un segundo…

 ...Y posteriormente un tercero (mi primer SD).

El cuarto (2018) no sé cómo lo conseguí, porque se me acabó el contrato y adiós a la pequeña fuente de ingresos. Supongo que a base de ahorros que se fueron acumulando por cumpleaños llegó un día en que me dio por contarlos y dije: “¡ostras! ¿pues por qué no? Será el regalo de final del grado ://D”.

De esta manera adquirí mi pequeña pero gran familia. Los adoro a los cuatro por igual. Cada uno tiene un significado para mí y cada uno ha llegado en un momento crítico en mi corta vida (21 veranos), dándome una alegría y ánimos para no rendirme y cumplir mis objetivos personales :3.

Aquí dejaré un breve adelanto de mis queridos hijitos resinosos. Si me pusiera a hablar de ellos la entrada sería tan larga como un pergamino, así que me centraré uno por uno por separado porque ¡buf! ¡Cuánto tengo por contar…!

Andreamonia, sentimental y amorosa